Tengo tres libros favoritos: Corazón de Kaláshnikov (Planeta, 2009), que es mi primera novela; No incluye baterías (Cal y Arena, 2010) y Paracaídas que no abre (Almadía, 2008). Creo que en los tres se puede advertir quién soy: un tipo debilidado, cansado, vencido. Fingiendo que está alerta cuando en realidad está a nivel del piso. Son mis tres libros más personales porque en ellos habla Alejandro, no el periodista o el escritor. De Paracaídas que no abre guardo buenos recuerdos y cuando lo retomo, pienso en lo fresco que es el desamor, en lo productivo que es perder por una buena causa. No incluye baterías es una especie de diario escrito con crónicas del cotidiano. Y el cotidiano de esos días fue terrible; en ese cotidiano ví cómo mi ciudad, Juárez, se iba a la mierda por la irresponsabilidad de los políticos.
He participado en varios colectivos; algunos me gustan y otros no. Pondré los que me gustan solamente y evitaré los otros por respeto a los otros colaboradores. En la mayoría de los libros colectivos malogrados hay un culpable: la editorial, siempre con prisas, pero yo asumo mi parte: ¿para qué me caliento y me comprometo?
Entre los colectivos menciono primero dos, hechos con mucho cariño: Camas Separadas y Mudanzas, ambos de Cal y Arena, en donde me planto como escritor. También Los Amos de México (Planeta, 2007), Los Suspirantes (Planeta, 2005) y Los Intocables (Planeta, 2007), ejercicios de periodismo narrativo en los que soy reportero. Me gusta mucho, por encima de todos los anteriores, La Guerra por Juárez (Planeta 2009). En este último participamos varios periodistas queridos de Chihuahua; denunciamos, sin pelos en los dedos, el terrible error del gobierno de Felipe Calderón al lanzar una guerra contra las drogas sin consultar con nadie, que destruyó mi querida ciudad, mi adolorida frontera, y volvió al país en un campo de batalla en el que miles y miles de mexicanos han brindado su vida por nada.
Mi mejor libro, creo, es el que viene. Y como no espero nada del porvenir, entonces hasta aquí le dejamos.
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